miércoles, 30 de abril de 2008

Información sobre el "II Encuentro de Aficionados"

El pasado fin de semana tuvo lugar, en Zaragoza, el “II Encuentro de Aficionados”, se debatieron los puntos incluidos en el “Decálogo para la regeneración de la suerte de varas” y se acordaron una serie de modificaciones en la redacción del texto, así como la inclusión de lo expuesto en la ponencia presentada por Fernando Marcet.

Así mismo se encomendó la redacción de las modificaciones aprobadas a una comisión representativa de las asociaciones participantes que se encargará de recoger, en un nuevo texto, los acuerdos aprobados y que en breve espacio de tiempo se harán públicos.

Al margen del acto central del Encuentro, que tuvo lugar el día 27 de abril en el “Aula Cultural de la Plaza de Toros”, el fin de semana estuvo marcado por la celebración de la “Corrida Concurso de Ganaderías de Zaragoza 2008” en la que los participantes, junto con el resto de los asistentes al festejo, tuvimos la oportunidad de reencontrarnos con la emoción y la belleza del tercio de varas ejecutado, en alguno de los toros, como mandan los cánones, y pudimos comprobar que esta suerte, así realizada, es el eje de la lidia y sigue teniendo la vigencia y la aceptación, no sólo de los aficionados, sino de el público en general.

La opinión y las sensaciones vividas en esa tarde inolvidable han quedado recogidas en los Blogs y Web de los aficionados que estuvieron presentes y que, después de los días trascurridos, suponemos que ya habrán sido visitados por todos los lectores de este “Blog del Manifiesto de Aficionados”. Como muestra queremos recomendar los “Vídeos de la suerte de varas de la Concurso de Zaragoza” que han sido colgados en la Web de La Cabaña Brava”, anfitriones de este “II Encuentro de Aficionados”, que recogen el tercio realizado por los toros “Farolero”, de Prieto de la Cal, ganador del Concurso; “Malicioso”, de Fuente Ymbro; “Pastelero”, de Adolfo Martín y “Montero”, de Cuadri.

Por último, agradecer a todos los participantes su asistencia y recordar que, en breve, cuando se modifique el texto aprobado, será hecho publico en este Blog.

viernes, 25 de abril de 2008

II Encuentro de Aficionados - Zaragoza, 26 y 27 de abril de 2008

La suerte de varas es
el eje de la lidia

-Anexo nº 1 del Manifiesto de Aficionados
por una Fiesta Íntegra, Auténtica y Justa-

El punto número dos de nuestro “Manifiesto por una Fiesta Íntegra, Auténtica y Justa” reivindica “la necesidad de una profunda regeneración del espectáculo taurino, en especial de la suerte de varas como medida de la bravura del toro”. Creemos que esta suerte, realizada según mandan los cánones, es fundamental para el desarrollo de la lidia, ya que permite valorar las condiciones del toro y sirve para ahormar su embestida, además de ser uno de los momentos más emocionantes, bellos y espectaculares de la lidia del toro. Pero la suerte de varas, tal como se realiza en la actualidad, ha degenerado en un auténtico despropósito en el que la desidia de los profesionales y la vulneración del reglamento, con el consentimiento de la autoridad, se han convertido en una triste rutina y, más que para ahormar, se utiliza para destruir, en caso de los escasos toros con poder que saltan al ruedo, o se convierte en un simulacro, como es habitual que ocurra ante la falta de poder de la mayoría de los toros.

Por ello queremos desarrollar el segundo punto de nuestro Manifiesto, plantear algunas medidas que puedan ayudar en la regeneración de esta suerte fundamental con el objetivo de que vuelva a tener el protagonismo que nunca debió perder.


Decálogo para la regeneración
de la suerte de varas

- La suerte de varas es el eje de la lidia. Tiene dos cometidos; uno, para valorar la bravura, codicia, poder y fuerza del toro, para lo que, al menos, deberá acudir tres veces al caballo; y otro, para ahormar su embestida de cara a los siguientes tercios de la lidia.

2º - La suerte de varas debe realizarse según mandan los cánones. Cuadrando al toro ante su picador, quien debe ofrecer los pechos del caballo y provocar su embestida. Debe de echar el palo por delante y picar en el morrillo del toro antes que este llegue al peto del caballo. Mientras el toro empuja, el varilarguero debe defenderse recargando su peso en la puya, echándose encima del palo y sacando su cuerpo de la montura sin rectificar ni barrenar y midiendo el castigo. En ningún caso debe tapársele la salida al toro, salvo en los casos de manifiesta mansedumbre, con el recurso de la “carioca”.

3º - La importancia del tercio de varas requiere, para su correcta ejecución, de caballos domados y con un peso proporcionado. Las defensas de la anatomía de los mismos deben estar elaboradas, preferiblemente, con material flexible y ligero que no supongan, en cualquier caso, acorazar al caballo y que el toro se estrelle contra un muro. Los caballos deben llevar un ojo destapado para poder orientarse en el ruedo.

4º - La importancia de este primer tercio para el desarrollo posterior de la lidia requiere que matadores, subalternos y picadores, cada uno en la medida de sus responsabilidades, ocupen su sitio, realicen la suerte correctamente, por derecho y sin ventajas, colocando bien al toro, midiendo el castigo y quitándolo en el momento adecuado.

5º - No premiar ninguna faena en la que el toro no haya recibido, al menos, dos puyazos en regla.

6º - No premiar a ningún toro, tanto en el ruedo como con trofeos, que en su lidia no haya recibido más de dos puyazos.

7º - No premiar ninguna corrida en conjunto donde, al menos, tres toros hayan recibido más de dos puyazos.

8º - Siendo conscientes de que para la realización de la suerte de varas correctamente se requiere, además de conocimiento y compromiso, habilidad y precisión: No premiar a ningún picador que falle en el primer encuentro con el toro; ni a los que coloquen la vara fuera del morrillo, por muy bien que haya realizado la suerte; ni a los que barrenen; ni a los que hagan la “carioca” sin necesidad.

9º - Exigir que los responsables del buen desarrollo del espectáculo taurino, como son presidentes, delegados, alguaciles y veterinarios, cumplan con sus obligaciones y no deleguen sus funciones en manos de los taurinos profesionales. Deben actuar con el rigor necesario para que se cumpla el reglamento y la lidia se desarrolle ordenadamente, de manera particular en la suerte de varas.

10º - Denunciar, a través de los medios que tengamos a nuestro alcance; a los picadores que no cumplan con las normas que rigen el primer tercio de la lidia; a los matadores bajo cuyas órdenes actúan y que son, en definitiva, los responsables últimos de su actuación; y a las autoridades que, haciendo dejación de sus funciones, no corrijan, atajen y sancionen las infracciones cometidas.

jueves, 24 de abril de 2008

Correos sobre el II Encuentro de Aficionados

A continuación recogemos los últimos correos recibidos en nuestra cuenta relacionados con el "II Encuentro de Aficionados" que se celebrará en Zaragoza los próximos 26 y 27 de abril..

"Por imposibilidad total de estar en Zaragoza los próximos días 26 y 27 de abril y, en consecuencia, asistir al "II Encuentro de Aficionados" que se celebrará bajo el lema "La suerte de varas es el eje de la lidia", me adhiero al mismo en su totalidad y hago votos porque tenga el éxito que la iniciativa merece.
Saludos cordiales.
Luis Picazo Montoto"

"Señores organizadores del "II Encuentro de Aficionados" en Zaragoza:
Pongo en su conocimiento que en el portal taurino opinionytoros.com, en su sección "División de opiniones" se ha puesto a consideración de sus lectores mi ponencia presentada a ustedes para el tercio de varas con el título EL TERCIO DE VARAS Y EL USO DE LA PUYA en donde los aficionados pueden expresar su opinión sobre ella y responder a la pregunta que de ella se plantea: ¿Con qué parte de la puya debe picarse al toro? ¿Sólo con la pirámide de acero o hasta la cruceta? Aquí el enlace correspondiente:
http://www.opinionytoros.com/division.php?Id=83
Fernando Marcet"

"Soy de todo mi corazon de aficionado frances con su Manifiesto . Para une Fiesta Nacional de Verdad , La Fiesta BRAVA .
Jerome PRADET - DAX (Francia)"

lunes, 21 de abril de 2008

Un nuevo apoyo desde Francia

Copiamos el mensaje que nos ha enviado a nuestra cuenta de correo la Asociación "Pour une Tauromachie Authentique 33" en donde nos comunican su apoyo a nuestro Manifiesto.

"La junta directiva de la Asociación "Pour une Tauromachie Authentique 33" (Por una Tauromaquia auténtica 33 - departamento de Gironde 33, Francia) apoya con entusiasmo el "Manifiesto de los aficionados por una fiesta integra, autentica y justa", porque el objetivo de nuestra asociación está en concordancia completa con estas declaraciones para la defensa, conservación y fomento del espectáculo taurino, y para la construcción de una Fiesta más íntegra, auténtica y justa.

Esta junta presenta sus disculpas porque no podrá asistir al "II° Encuentro de Aficionados" de Zaragoza los días 26 y 27 de abril de 2008, pero desea el éxito más grande de esta manifestación."

domingo, 20 de abril de 2008

El Manifiesto y la suerte de varas

Articulo de opinión de Marcelo Fortín

A punto está de ratificarse el Manifiesto por una Fiesta Íntegra, Auténtica y Justa, y ha llegado el momento de confirmar nuestro compromiso con dicho documento. Seguimos, después de un año, suscribiendo todas las ponencias que lo originaron y nos reafirmamos en nuestra convicción de que nada tiene importancia si no hay toro. Ahora, sin embargo, ha surgido un elemento complementario a dicha ratificación que nos enfrenta a algunos problemas que sería del caso analizar someramente, aunque temo que no es demasiada profundidad la que se necesita para cuestionarlo. Me refiero al apéndice relativo a la suerte de varas.

Desde luego que, para cualquier aficionado, la mención de que la suerte de varas se ha desvirtuado y se ha convertido en un simulacro indigno no puede sino despertar un total acuerdo. Todos sabemos que el primer tercio de la lidia es actualmente un trámite, sin arte ni lógica, que más de algún profesional quiere dejar tras de sí cuanto antes para dar paso a lo que, por lo visto, es lo único que actualmente vale que es la interminable faena de muleta. Por eso es perfectamente explicable que sigan surgiendo voces que claman por la modificación de la suerte para volver a recuperar uno de los valores más importantes y una de las mayores bellezas de la tauromaquia.

Para ello, sin embargo, habría que buscar los orígenes del problema con algo más de rigor, y mucho me temo que la redacción del apéndice se ha quedado más en el pragmatismo que en la búsqueda de la auténtica solución. Ya el prefacio a las medidas propuestas trae la primera zancadilla.

“...la suerte de varas, tal como se realiza en la actualidad, ha degenerado en un auténtico despropósito en el que la desidia de los profesionales y la vulneración del reglamento, con el consentimiento de la autoridad, se han convertido en una triste rutina y, más que para ahormar, se utiliza para destruir, en caso de los escasos toros con poder que saltan al ruedo, o se convierte en un simulacro, como es habitual que ocurra ante la falta de poder de la mayoría de los toros.”


Leyéndolo, parece perfectamente razonable si no fuera porque se desliza la mención a la vulneración del Reglamento. Todo lo demás es cierto, incluyendo la falta de poder de la mayoría de los toros, y aquí es donde llegamos al quid del asunto. El Reglamento actual, fue concebido como una forma más, de las muchas que hemos sufrido en las últimas décadas, para amoldar la ley a las carencias de los toros, en lugar de exigir que los toros respondan a su condición de animales de lidia. Mientras no haya toros de lidia en el ruedo, cualquier intento de modificación de la suerte de varas no será sino una teoría tendente a poner la carreta delante de los bueyes.

La única manera de que la suerte de varas recupere su sentido es modificando el Reglamento, no cumpliendo el actual. Hay que exigir la vuelta a los tres puyazos o, al menos, a las tres entradas al caballo en las plazas de primera y para ello hay que mejorar la selección y crianza de la cabaña brava actual. Con los toros que se informa que han salido en Sevilla, obviamente, es imposible, pero la solución para superar esa vergüenza no es eliminar puyazos y bajar el listón de aceptación de la Autoridad confiando en las tragaderas de la afición, sino comprar otros toros, de otros ganaderos, y contratar a los toreros que puedan con ellos.

Ciertamente a quienes decimos que hay que comenzar a devolver los toros, como siempre ocurrió en Madrid, por ejemplo, que no soporten las tres varas, nos dirán que de este modo vamos a acabar con la fiesta, cuando lo que realmente está acabando con la fiesta es esto; es el ir recortando las piernas del pantalón para emparejarlas hasta que nos quedemos en paños menores. El seguir reduciendo las exigencias de los toros para darle el gusto a los toreros culminará en la eliminación del primer tercio y por ende, en una de las suertes, quizás la que más, que da auténtico sentido a la fiesta del arte y del valor.

Desde muchos sitios surgen voces, muchas de ellas muy cualificadas, que proponen diferentes variaciones tanto en la suerte como en la conformación de los útiles para ejecutarla y, desgraciadamente, todas tienden a facilitar la presencia en el ruedo de toros que no son de lidia. Los insistentes llamados a la reducción del tamaño de la puya, así como a que se pique solamente con la pirámide, para lo cual la única fórmula, si llegara a saltar al ruedo casualmente un auténtico toro de lidia, sería colocar la cruceta delante del encordelado, o la vara no estaría cumpliendo con su función tradicional de “detener”, son variantes para continuar con la claudicación a la que los aficionados nos hemos visto forzados.

Todas las demás sugerencias de la propuesta relativas a los premios son sensatas pero no son otra cosa que un esparadrapo cuando lo que se necesita es cirugía mayor. De esta situación solamente se puede salir volviendo a las reglas que se usaban cuando había toros en el ruedo, y respetándolas. Pero para eso, obviamente, es imperativo que haya toros en el ruedo y en eso se deben centrar nuestros esfuerzos. Nada tiene importancia si no hay toro. Ni siquiera una suerte de varas “en regla”.

jueves, 17 de abril de 2008

II Encuentro de Aficionados de Zaragoza - Ponencia de Fernando Marcet

PRESENTACIÓN DE LA PONENCIA DE FERNANDO MARCET

PARA EL II ENCUENTRO DE AFICIONADOS DE ZARAGOZA


La degeneración del tercio de varas, conforme se puede ver en nuestros días, ha convertido el momento sublime, de apreciar la calidad y verdad del toro bravo, en acto grotesco que envilece a quien lo ejecuta y repugna a quien lo presencia.

TERCIO DE VARAS

El tercio de varas, cuando se ejecuta bien, cumple tres objetivos fundamentales:

  1. Descubrir las condiciones de bravura, temperamento y comportamiento del toro. En ese momento es cuando se aprecia si es bravo o manso; si es fijo o distraído; si es pronto o tardo; si humilla, si recarga, si embiste apretando con un pitón; si trata de quitarse la vara y hace sonar el estribo; si es fuerte o blando y muchas cosas más. Información importante para el matador, que ha de lidiarlo, y para el ganadero que actuará en consecuencia para hacer las correcciones genéticas y de selección necesarias para mejorar su ganadería.
  1. Ahormar al toro para su lidia y muerte, mediante puyazos breves, bien colocados y dosificados, restándole poder y corrigiendo defectos de su embestida.
  1. Cuando las condiciones son las propicias, crear belleza con el espectáculo incomparable del toro bravo en acción: Cuando se arranca con alegría al caballo y recarga, retorciendo la cola –indicador inconfundible de genio y bravura- y puesto nuevamente en suerte, repita una, dos, tres y más veces, sin acobardarse. El matador que se topa con un toro de esta naturaleza, está en la obligación de lucirlo para beneplácito del público y -¡Cómo no!- de su criador. A tal efecto habrá de ponerlo en suerte cada vez más lejos del caballo para que, llegado el caso, se le pueda ver arrancarse de lejos galopando a un cuarto puyazo. Es el espectáculo del toro hecho realidad y quien tenga la oportunidad de verlo –tan solo una vez en su vida- no lo olvidará jamás.

Por el contrario, cuando el tercio de varas se ejecuta mal -con el consabido e inmisericorde unipuyazo, tan frecuente en nuestros días- los efectos son repudiables: Se inutiliza el toro para la lidia, el ganadero se queda sin apreciar las calidades de su pupilo y el aficionado llega a sentir repulsión y asco.


Mi propuesta:

El tercio de varas realizado sólo con la pirámide de acero, en el morrillo y un mínimo de tres puyazos.

Argumentación de la propuesta:

Ningún aficionado ignora que para apreciar la calidad y bravura del toro es indispensable un mínimo de tres puyazos en el morrillo como tampoco que este número de varas resulta excesivo con la herramienta que se usa para el tercio de varas. Para cambiar el estado actual de las cosas, mi propuesta está orientada a que se aplique el reglamento y se pique sólo con la pirámide de acero que es la puya, sin el encordelado que es el tope.

La fundamentación de mi propuesta está planteada en 12 artículos relacionados con los temas publicados en la Web "Opinionytoros", cuyos enlaces doy a continuación:

1. TIENTA DE HEMBRAS
2. TERCIO DE VARAS
3. TERCIO DE VARAS II
4. TERCIO DE VARAS III
5. TERCIO DE VARAS IV
6. TERCIO DE VARAS V
7. ¿ES NECESARIO EL TERCIO DE VARAS?
8. MI PROPUESTA PARA EL TERCIO DE VARAS
9. SI YO FUERA MILLONARIO

10. SI YO FUERA MILLONARIO (2ª parte)

11. SI YO FUERA MILLONARIO (3ª parte, final)
12. SE ACORTA EL TIEMPO...

De todos ellos considero el titulado TERCIO DE VARAS V el que mejor resume los argumentos que respaldan mi propuesta y agradeceré que, en mi involuntaria ausencia en el II ENCUENTRO DE AFICIONADOS, se de lectura en mi nombre. A continuación el texto de la nota:


TERCIO DE VARAS V

En el artículo anterior sugerí una pregunta que hoy planteo en forma clara y precisa: ¿Con qué parte de la puya debe picarse los toros, sólo con la pirámide de acero o hasta la cruceta? Las opiniones de aficionados, críticos taurinos, ganaderos y toreros a quienes he consultado están divididas y mientras que unos responden categóricamente: “sólo con la pirámide” otros –la mayoría- dicen: “hasta la cruceta”. Que exista división de opiniones en algo tan elemental, como el tamaño de la puya con la que deba picarse al toro, es algo que llama a preocupación, pues si unos tienen razón los otros estarán necesariamente equivocados o, en el mejor de los casos, confundidos.

Convencido como estoy que la pica debe realizarse sólo con la pirámide de acero considero indispensable aclarar por qué el puyazo hasta la cruceta -aceptado por la mayoría- es la causa principal de que el tercio de varas haya perdido su principal razón de ser: evaluar la bravura y calidades del toro que -cuando bravo y encastado- puede generar el momento más emocionante y bello de la lidia.

El aficionado de la época actual, por más edad que tenga, se ha iniciado viendo picar los toros hasta la arandela o cruceta y es lógico se le haga difícil aceptar otra forma de hacerlo porque ello equivaldría reconocer que ha vivido equivocado mucho tiempo.

Un breve repaso de la historia de la pica en los últimos doscientos años puede sernos útil para encontrar el momento y las circunstancias que dieron lugar a crear la confusión que venimos arrastrando casi un siglo y que tiene origen en los intereses contrarios e irreconciliables de dos grupos en pugna: El de ganaderos y aficionados, que buscan en la pica el lucimiento del toro, y el de picadores y matadores, a quienes les interesa restarle pujanza y peligro al animal. Pugna en la que ha prevalecido el propósito de los últimos en detrimento de los primeros, del espectáculo y del toro.

Desde mediados del siglo XVIII hasta principio del siglo XX nadie dudaba que la pica debía hacerse sólo con el acero que sobresalía del tope, constituido por un encordelado abultado; lo que existía era un problema técnico pues el voluminoso tope solía "rebotar" en el morrillo del toro antes que la púa hiriese al animal sin que el picador pudiera detenerlo ni evitar que su desprotegido caballo pagase las consecuencias del fallido intento, del cual salía herido y muchas veces muerto.

En 1776 José Daza, varilarguero del segundo tercio del siglo XVIII y autor del primer tratado de tauromaquia dice de la puya: “descubierta la punta como dos pulgadas y media (seis centímetros) el más o menos crecidas debe proporcionarse con el rigor que se juzgue a los toros del día; procurando que el tope del cordel no quede demasiado abultado”. Como se puede apreciar el tamaño del acero era bastante grande y se menciona ya el problema del tope encordelado abultado, que dificultó la ejecución de la suerte en la época en la que se picaba sin peto.

En 1796 Pepe-Hillo en su obra La Tauromaquia o el Arte de Torear señala que las estopas (encordelado actual) “no descubran más de un dedo o dos (tres y medio centímetros) de púa o de acero afilado en tres cantos”.

El encordelado daba al tope una forma de limón alargado por lo que se llamó de “limoncillo” pero que en la medida que los picadores lo fueran adelgazando, para facilitarse la labor, dejaba de ser verdadero tope y tras la puya iba el palo que muchas veces mataba al toro. Las autoridades por su parte, exigían el limoncillo lo suficientemente abultado para que fuese tope efectivo. En este tire y afloje, a mediados del siglo XIX el corregidor de Madrid don Pedro Alcántara Colón, duque de Veragua, impuso la puya con el tope en forma “de naranja” en donde el encordelado era totalmente esférico. La protesta de los picadores no se hizo esperar y, con Francisco Calderón a la cabeza, reclamaron contra esta nueva puya que hacía imposible su labor a menos que se picase de arriba abajo, cosa impracticable sin sacrificar el caballo.

En 1869, Juan Moreno Benítez, gobernador de Madrid, atendiendo la justa protesta de los picadores, restableció la primitiva puya de limoncillo y el reglamento de 1880 la confirmó considerándola “lo más aceptable”. En este reglamento la pirámide de acero tiene menos de dos centímetros de altura menor que la recomendada por Deza y Pepe-Hillo y las de los reglamentos de 1917, 1962 y 1992, a los que nos referiremos más adelante.

Mientras tanto, con el propósito de aliviar en algo el problema, surgieron diversas propuestas como la de Pascual Millán quien en 1905 sugirió que, “si creía conveniente”, se aumentara la longitud del acero descubierto para evitar los inconvenientes del “rebote” del tope. Fue sin embargo Antonio Fernández Heredia Hache, ganadero, aficionado práctico, polémico escritor taurino, recalcitrante defensor de la pureza de la fiesta y exigente en el cumplimiento del reglamento, quien en 1904 planteó lo que podría haber sido la solución técnica y definitiva de todo este asunto de las puyas evitando la degeneración que, iniciada con el reglamento de 1917, ha desdibujado el tercio de varas convirtiéndola en la antítesis de lo que debe ser.

¿Qué planteaba Hache? Algo tan simple como revolucionario: Una cruceta giratoria entre la pirámide de acero y el encordelado. Se conseguía con ello el tope efectivo que se buscaba, eliminándose los inconvenientes del rebote propio de los alimonados o esféricos. La condición giratoria de la cruceta le permitía acomodase a los movimientos del toro sin que el acero se saliese de su ubicación. Ignoro por qué esta solución no tuvo la acogida que merecía de parte de las autoridades y aficionados de la época, pero me atrevo a conjeturar que algo tuvo que ver el carácter combativo e irritante de su autor que le atrajo muchas enemistades. Cuenta Cossio, en su tratado Los Toros, que le tenían “prohibido el acceso a los corrales, desolladero y otras dependencias de la plaza, a la que llegó a asistir acompañado de un notario. Aun le hemos conocido -continúa Cossio- en su delantera de meseta del toril manejando un complejo juego de pañuelos de diversos colores y figuras con los que, silenciosamente, daba su opinión sobre los toros”. Sin embargo, parece que no era tan silencioso como se dice, pues acudía a la plaza provisto de un cencerro que hacía sonar cada vez que veía salir al ruedo un toro manso, con lo que, fácil es de imaginar, ponía verdes a sus criadores. En su libro Doctrinal Taurómaco publicado en 1904 explica cómo, en su opinión, debe ser una corrida de toros y cómo la cruceta giratoria, proyecto que ilustra profusamente con dibujos, detalles y planos para su construcción.

Como sucede a menudo con las buenas ideas, la de Hache fue enterrada en el olvido y surgió otra -no sé de dónde aunque sospecho de quiénes- que proponía la eliminación del limoncillo que finalmente obtuvo patente de corzo cuando el monarca así lo dispuso mediante Real Orden de 1906, para beneplácito de los picadores que vieron facilitada su labor y –permítaseme aquí un símil- la tácita protesta de los jamelgos que morirían con más frecuencia que antes en los ruedos; hubieron de transcurrir once años hasta que el reglamento taurino de 1917 selló la sentencia de muerte de la suerte de varas; veamos por qué: Se aumentan las dimensiones de la pirámide de acero fijando –con falso rigor científico- milimétricas diferencias entre la puya que debía usarse en los diferentes meses del año, y la que se emplease para los novillos: tres milímetros menor que la que se empleara para los toros, lo que resulta así un insulto a la inteligencia o una broma de mal gusto porque la herramienta para picar estaba diseñada para que junto con la puya entrara incluido el tope, tres veces mayor. Efectivamente, el tope era un encordelado con seis centímetros de longitud de forma cilíndrica que sobresalía apenas siete milímetros de la arista en la base de la pirámide y nueve de su lado, todo lo cual hacía inevitable que el encordelado no funcionara como tope sino más bien como puya. Eso lo sabían bien quienes la diseñaron y es por ello que, para evitar se matase al toro en la suerte, pusieron en la base del tope una arandela de acero de seis centímetros de diámetro. A partir de ese momento la pica pasó de ser un pinchazo, con un acero pulido de no más una pulgada de altura, a monstruoso castigo con un barreno cuatro veces mayor, grueso y áspero. Nació así el fraude que sobrevive en nuestros días.

En los años siguientes la situación se fue agravando –para el toro, se entiende- en la medida que fueron apareciendo otras disposiciones tales como: la reducción de la edad mínima de los toros de cinco a cuatro años, en 1923; la aparición del peto en 1928; la reducción de cien kilos en el peso mínimo de los toros, en 1930; etc., esto sin contar con el barreneo, la carioca, el metisaca y tantos otros vicios que aparecieron como consecuencia de las generosas facilidades que brindaba el peto.

Mientras se preparaba el reglamento de 1962 y cuando el peto -usado por más de treinta años- había empequeñecido los problemas técnicos para la ejecución de la suerte de varas, algunos aficionados levantaron la voz reclamando volver a la senda correcta y poner en práctica lo recomendado por el olvidado Hache, en el sentido de colocar una cruceta detrás de la pirámide y antes de encordelado. Otros, como Gregorio Corrochano que lo hizo reclamando la vuelta del limoncillo: “El encordelado que debería servir de tope no sirve… La reforma debe ir orientada a que se pique solamente con la púa. Para ello nada mejor que el limoncillo, que es como se hacen las faenas en el campo y como se picó en las plazas, más de cien años, toros con edad y más peso.”

Ante estas propuestas picadores y matadores dijeron: ¡Ni hablar! No nos hemos pasado cuarenta y cinco años acostumbrando al público a ver y aceptar la pica con el encordelado incluido para retroceder y ceder terreno. El mismo Corrochano nos cuenta una anécdota al respecto: El día que nos tocaba examinar la cuestión de las puyas, antes de entrar en la cuestión, se recibió un telegrama de los picadores de Sevilla que decía textualmente: “No estamos de acuerdo con lo que acuerden en el asunto de las puyas.” No habíamos acordado todavía nada y ya no estaban conformes.

El reglamento de 1962 perfecciona la herramienta de castigo y si bien conserva las dimensiones de la pirámide de acero, aumenta la longitud del encordelado de 6 a 7.5 centímetros. Los hombros del tope se reducen al pie de la pirámide de 7 a 5 milímetros en la arista y de 9 a 7 en el lado, a la vez que se aumenta el diámetro de la base del encordelado que toma así una forma cónica convirtiéndolo en prolongación de la pirámide de acero que, con facilidad, mayor grosor y longitud, se introduce en el cuerpo del toro; se sustituye la arandela por la cruceta después del encordelado y se reduce el número mínimo de puyazos de cuatro a tres.

El reglamento de 1992 es más de lo mismo con pequeñas variantes: disminuye la base de la pirámide manteniendo la dimensión de la arista, con lo cual aumenta su altura; adelgaza una vez más el tope en la base de la pirámide de 5 a 3 milímetros en la arista y de 7 a 5 milímetros en el lado, dándole mayor continuidad con el acero facilitando aún más su ingreso en el animal; mantiene la burla de reducir en tres milímetros la pirámide cuando se trata de novillos; el encordelado se reduce de 7.5 a 6 centímetros, como era en el reglamento de 1917; se limita el peso del caballo a un máximo de 650 kilos y el número mínimo de puyazos se reduce de tres a dos en plazas de primera y a una en todas las otras. Demás está decir que el escándalo que se armó por la reducción del encordelado fue patético y muchos matadores, picadores y periodistas pegaron el grito al cielo diciendo que con este reglamento los toros se quedarían sin picar.

El reciente reglamento de Andalucía del 28 de marzo del presente año, mantiene en lo fundamental lo establecido en los anteriores con la novedad que reduce algunos milímetros las dimensiones de la pirámide de acero y un centímetro el largo del encordelado que queda en cinco. La distancia desde la punta de la pirámide a la cruceta es de 7.5 centímetros en total (25% menor que la del reglamento de 1962 que era de 10 centímetros) pero sigue siendo excesiva frente a la usada en el pasado.

He tratado de resumir en este y anteriores artículos sobre el tema, la problemática de la suerte de varas y mi opinión sobre las razones y circunstancias que la han convertido en el triste espectáculo que ofrece en la actualidad. Mi intención no ha sido otra que compartir con usted, amigo lector, mi deseo de recuperar ese bello momento de la lidia que considero perdido para siempre, aunque abrigo la remota esperanza de crear alguna corriente de opinión de la que surjan propuestas para encontrar la solución que nos lleve a ese milagro.

* Grabado:
1 Puya de limoncillo. Se usó desde mediados del siglo XVIII a 1917.
2 Puya con arandela en la base del encordelado. Se usó desde 1917 a 1962.
3 Puya con cruceta en la base del encordelado. Se usó desde 1962 hasta nuestros días.


PONENCIA PRESENTADA POR FERNANDO MARCET

II ENCUENTRO DE AFICIONADOS DE ZARAGOZA


Considerando que:

1. Desde mediados del siglo XVIII hasta 1917 nadie dudaba que la pica debía hacerse sólo con el acero que sobresalía del tope, constituido por un encordelado abultado al que se llamó “limoncillo” con el que se picó los toros por más de 150 años.

2. En todos los reglamentos taurinos del mundo, de todas las épocas, hasta el novísimo de Andalucía, quedó establecido que la puya es la pirámide de acero y el encordelado tope.

3. En el reglamento español de 1917 se adelgazó el grosor del tope encordelado y se puso una arandela de acero en su base, para impedir que, en caso que el encordelado no funcionase como tope, impidiera se matase al toro con el palo.

4. Como estaba previsto, el tope encordelado no funcionó y la pica se empezó a ejecutar antirreglamentariamente hasta la arandela, hasta el año 1962 y, desde entonces a nuestros días, hasta la cruceta.

5. La pica con encordelado incluido es cuatro veces más grande que si se hace sólo con la pirámide de acero y las enormes heridas cuatro veces mayores de lo que deberían ser.

6. Tal anomalía se ha mantenido en el tiempo y, en vez de enmendarse disminuyéndose el tamaño de la puya, en cada nuevo reglamento se ha disminuido el número de puyazos de cuatro a tres y, desde 1992, de tres a dos en plazas de primera y a uno en todas las demás.

7. Con la reducción del número de puyazos el tercio de varas ha perdido su razón pues no permite lucir las condiciones, calidades y bravura del toro ni dosificar el castigo para ahormarle la cabeza y corregir los defectos de su embestida, lo que sí se logra con tres, cuatro o más puyazos pequeños y breves.
Son indispensables un mínimo de tres puyazos para apreciar la bravura del animal porque: A la primera vara van todos los toros, a la segunda los bravos y los tontos, a la tercera sólo los bravos.

8. La pica debe realizarse en el morrillo, cerviguillo o pelota de la res que es la parte voluminosa y destacada del animal, comprendida entre la nuca y la cruz.

9. Con la importancia que tiene el sitio donde se pica, los vigentes reglamentos taurinos de España y cualquier país taurófilo, nada dicen al respecto, sin embargo, en los de otras épocas si lo mencionaban. Así en el de Madrid de 1880 se lee: “Picarán en orden riguroso y en el sitio que el arte exige, esto es, en el morrillo”.

10. El puyazo trasero, en la cruz, hoyo de las agujas, rubios o péndolas (donde se da la estocada) equivale al bajonazo en la suerte suprema pues hiere la espina dorsal y órganos vitales dentro de la cavidad torácica, en particular los pulmones.

11. El descordado, la falta de aire y aún la muerte, son algunas de las consecuencias del puyazo trasero.

Estando a lo expuesto y con el voto aprobatorio de la Asamblea,

Se acuerda:

1. Exigir el fiel cumplimiento de lo establecido en todos los reglamentos taurinos del mundo para que la pica se haga sólo con la pirámide de acero que es la puya sin la inclusión del encordelado que es tope.

2. Gestionar ante quien corresponda la modificación el diseño de la puya de modo que garantice se cumpla que se pique sólo con la pirámide de acero; para ello se estudiará la conveniencia de engrosar el encordelado para que funcione como tope como lo hizo por más de un siglo el “limoncillo” o se ponga, entre el acero y el encordelado, la cruceta giratoria que propuso Antonio Fernández Heredia “Hache”, cuyo proyecto está ilustrado profusamente, con dibujos, detalles y planos para su construcción, en su libro Doctrinal Taurino publicado en 1904

3. Se restablezca la obligatoriedad de los tres puyazos mínimos en todas las plazas del mundo. Aquellos toros que no reciban el mínimo de tres puyazos serán condenados a banderillas negras.

4. Cada puyazo ha de durar el tiempo que dura el picador en su intento de detener al toro con la garrocha sin que alcance su cabalgadura, luego de lo cual, los de a pie habrán de acudir al quite, para evitar que el toro se dañe arremetiendo contra el peto del caballo o “se rompa” en indeseable romaneo. Se sancionará drásticamente al matador que permita que su toro esté a merced del picador por más de tres segundos.

5. Se consigne en todo reglamento la obligatoriedad que la pica se haga en el morrillo sancionándose al picador que pique fuera de él, con mayor severidad al que pique trasero.

miércoles, 16 de abril de 2008

Unión de Abonados y Aficionados de Sevilla

Desde Sevilla, un nuevo apoyo para nuestro "Manifiesto". Se trata de la "Unión de Abonados y Aficionados de Sevilla" que nos ha manifestado la conformidad con nuestras ideas y se une a esta lucha por recuperar la Integridad, Autenticidad y Justicia en la Fiesta de los Toros. Sean bienvenidos. Su página web, ute-sevilla.org, figurará a partir de ahora en nuestra sección de enlaces. A continuación recogemos el "Comunicado" en el que hacen balance de la recién terminada Feria de Abril, más claras no se pueden decir las cosas.


Comunicado a modo de conclusión sobre la Feria de Abril 2008

Una vez finalizada la Feria Taurina 2008, la Unión de Abonados y Aficionados de Sevilla establece las siguientes consideraciones sobre lo acontecido en el ruedo del Baratillo.
El balance final ha sido muy negativo y todo lo que debería haber contribuido para que este bello espectáculo sea lo que pretendemos en belleza, arte y emoción, se ha ido al traste al fallar prácticamente todos los responsables de que el público y el aficionado disfrutara todas las tardes. No podemos enmascarar este fracaso con algunas pinceladas destacables y que siempre han surgido de los toreros. Así, pasamos a enumerar los distintos capítulos que consideramos de máxima importancia.

1.- En el apartado ganadero, que es el soporte fundamental de la fiesta, debemos decir que en conjunto no ha existido base ni fondo de las virtudes que deben prevalecer en el toro. Ausencia absoluta de casta y raza brava en prácticamente todos los festejos con excepción de la tarde de VICTORINOS, que aunque con menos fuerza que temporadas pasadas, al menos los astados dieron juego, movilidad y emoción suficiente para dar espectáculo. También algunos toros sueltos de VENTORRILLO y TORRESTRELLA
En el otro extremo destacamos por negativo los toros de JUAN PEDRO DOMECQ y PARLADE, que como ya esta dicho casi todos, solamente queda añadir que el aficionado exige a la empresa que estos hierros no vuelvan en muchos años la Maestranza.
Fracasos sonoros de CUADRI y CEBADA GAGO, hierros en los que el aficionado siempre tiene esperanzas. Después los hierros comerciales, todos ellos carentes de raza y por consiguiente de emoción y trasmisión suficiente para el espectáculo.
El aspecto negativo del análisis anterior debemos cargarlos en el debe de los ganaderos, pero en esta Feria también ha fallado en muchos festejos la presentación del ganado con demasiados toros no aptos para plazas de primera al estar escasamente rematados y anovillados. Este capitulo hay que apuntarlo en el debe de Veterinarios y Presidentes que no han considerado que la plaza de Sevilla sea de nivel suficiente para exigir mayor presencia y seriedad en los toros que aprueban en los reconocimientos.

2.- Nada destacable en los tercios de capa y varas. Vulgaridad de los matadores con los capotes y tercio de varas donde la mayoría de los puyazos son simulados, sin poner al toro bien en la suerte, sin colocación adecuada de los matadores y con puyazos mal señalados. Sin embargo en esta fase de la lidia destacamos la labor importante y muy del gusto de aficionados de la terna ideal de la Feria de Abril 2008 y por eso queremos poner con letras de oro a la cuadrilla de hombres de plata compuesta por EL BONI, CURRO MOLINA y DOMINGO NAVARRO, que en las tardes que actuaron realizaron lidia y banderillas a la perfección.

3.- En las faenas de muleta lamentamos que no se hayan prodigado las buenas actuaciones, la mayoría de ellas malogradas por las escasas condiciones de los toros. Sin embargo consideramos que la faena de MIGUEL ANGEL PERERA al toro del VENTORRILLO la tarde del 5 de abril ha sido la mejor del ciclo, con especial mención a la cuajada por JOSE Mª. MANZANARES el lunes 7 de Abril a un toro anovillado de JUAN PEDRO DOMECQ.
Ningún torero ha cuajado en la totalidad de sus actuaciones una feria excelente para considerarlo triunfador absoluto, por lo que estimamos desierto este galardón.

4.- Haciendo referencia a la descripción del calificativo de matador de toros, queremos destacar como mejor estocada la que EL FUNDI nos obsequio la tarde de los PALHA. Por este motivo consideramos por su preparación, ejecución, colocación y efecto, que esta estocada fue la mejor.

5.- Censurar a la empresa Pages al traer un año mas a la Feria corridas con encaste Domecq y mas concretamente con el hierro de JUAN PEDRO y PARLADE que ya pueden considerarse prácticamente encaste propio y que por exigencias de las figuras son incluidos en las tardes de mas importancia. Este año el fracaso ha sido de escándalo y por este motivo deseamos que el próximo no vuelvan estos hierros.

6.- Queremos destacar también la descoordinación entre los Presidentes y la escasa exigencia tanto en los reconocimientos para aprobar reses sin presencia ni trapío de plaza de primera, como para conceder orejas que desprestigian a la Maestranza y que en nada favorecen la progresión de los espadas.

7.- UTAA-Sevilla y la Unión Taurina Nacional de España apoya la decisión del Presidente D. Antonio PULIDO PLAZA de suspender la corrida del pasado 11 de Abril a consecuencia del mal estado del piso plaza. En absoluto estamos de acuerdo en la destitución de este Presidente que con su decisión quiso defender tanto la integridad de los actuantes, como los derechos de los espectadores a presenciar un espectáculo en toda su integridad y a los que nadie consulta ni se les tiene en cuenta. Por ello solicitamos públicamente que en lo sucesivo y cuando las inclemencias del tiempo así lo aconsejen, se consulte por parte de la Autoridad a los representantes de los aficionados como consumidores final de un espectáculo que tienen derecho a presenciar en toda su integridad y no precisamente como el suceso acaecido en esta Feria, que caso de haberse celebrado la corrida, hubiera sido imposible una secuencia normal e integra del festejo por lo impracticable del ruedo.

Sevilla, 13 de abril de 2008

miércoles, 9 de abril de 2008

Programa de Actos del II Encuentro de Aficionados

La celebración de este “II Encuentro de Aficionados”, bajo el lema "La suerte de varas es el eje de la lidia", lo hemos querido hacer coincidir con un interesante fin de semana de marcado carácter “torista” que tendrá lugar en Zaragoza los próximos días 26 y 27 de abril. El espíritu que nos anima, además del debate, es el de propiciar el acercamiento y un mejor conocimiento entre aficionados que compartimos similares puntos de vista sobre la Fiesta de los Toros, y la misma preocupación ante el presente y el futuro del espectáculo taurino. El programa de actos que proponemos es el siguiente:


Sábado, 26 de abril:

- 13,00 horas, en el “Aula Cultural de la Plaza de Toros”. Tertulia de presentación de la “Corrida Concurso de Ganaderías” que se lidiará por la tarde, con la participación de los ganaderos que concursan en la misma. Organizada por la Asociación CulturalLa Cabaña Brava”.

- 18,00 horas. Corrida Concurso de Ganaderías. Toros de Concha y Sierra, Palha, Tomás Prieto de la Cal, Hijos de D. Celestino Cuadri, Adolfo Martín y Fuente Ymbro, que serán lidiados por Luis Miguel Encabo, Jesús Millán y Serafín Marín.

- 20,30 horas, en el Bar “Master Pool”. Tertulia de Aficionados para analizar el festejo presenciado. Organizada por la “Plataforma de Aficionados de Zaragoza”.


Domingo, 27 de abril:

- 11,00 horas, en el “Aula Cultural de la Plaza de Toros”. Acto central de este "II Encuentro de Aficionados" que, bajo el lema “La suerte de varas es el eje de la lidia”, girará sobre la recuperación y defensa del Primer Tercio de la lidia.

. Presentación del “Anexo nº 1 del Manifiesto de Aficionados” que propone un “Decálogo” de medidas para la regeneración de la suerte de varas.

. Presentación de las diferentes ponencias propuestas.

. Debate sobre las ponencias presentadas.

- 13,30 horas, en el “Aula Cultural de la Plaza de Toros”. Tertulia de presentación de la novillada de D. Tomás Prieto de la Cal, que se lidiará por la tarde, con la participación del. Organizada por la Asociación CulturalLa Cabaña Brava”.

- 18,00 horas. Novillada con picadores. Novillos de D. Tomás Prieto de la Cal, para los novilleros Pérez Valcárcel, Juan Belda y Enrique Guillén.

- 20,30 horas, en el Bar “Master Pool”. Tertulia de Aficionados para analizar el festejo presenciado. Organizada por la “Plataforma de Aficionados de Zaragoza”.


Invitamos a todos los aficionados que comparten nuestras inquietudes y preocupación por el futuro de la Fiesta de Toros, a participar en los actos programados en este “II Encuentro de Aficionados”. Los interesados en presentar ponencias deberían comunicarlo, mediante correo, a nuestro email: manifiestoaficionados@gmail.com, con la finalidad de reservar y organizar los tiempos de intervención. También seria interesante, en caso de tener escritas las intervenciones, enviarlas a la dirección de correo señalada para poder publicarlas en nuestro Blog antes de la realización de nuestra reunión, esto, sin duda, enriquecería el debate. El plazo para realizar reservas de intervención concluirá el jueves, día 24 de abril.

Para finalizar, recalcar que los Actos organizados, además de para el debate, quieren servir para la confraternización entre los aficionados de distintos lugares del planeta taurino y reforzar la unidad de todos nosotros, de esa forma podremos plantear con más fuerza nuestras reivindicaciones por una Fiesta Íntegra, Auténtica y Justa.

lunes, 7 de abril de 2008

II Encuentro de Aficionados

Decálogo para la regeneración de la suerte de varas


- La suerte de varas es el eje de la lidia. Tiene dos cometidos; uno, para valorar la bravura, codicia, poder y fuerza del toro, para lo que, al menos, deberá acudir tres veces al caballo; y otro, para ahormar su embestida de cara a los siguientes tercios de la lidia.

2º - La suerte de varas debe realizarse según mandan los cánones. Cuadrando al toro ante su picador, quien debe ofrecer los pechos del caballo y provocar su embestida. Debe de echar el palo por delante y picar en el morrillo del toro antes que este llegue al peto del caballo. Mientras el toro empuja, el varilarguero debe defenderse recargando su peso en la puya, echándose encima del palo y sacando su cuerpo de la montura sin rectificar ni barrenar y midiendo el castigo. En ningún caso debe tapársele la salida al toro, salvo en los casos de manifiesta mansedumbre, con el recurso de la “carioca”.

3º - La importancia del tercio de varas requiere, para su correcta ejecución, de caballos domados y con un peso proporcionado. Las defensas de la anatomía de los mismos deben estar elaboradas, preferiblemente, con material flexible y ligero que no supongan, en cualquier caso, acorazar al caballo y que el toro se estrelle contra un muro. Los caballos deben llevar un ojo destapado para poder orientarse en el ruedo.

4º - La importancia de este primer tercio para el desarrollo posterior de la lidia requiere que matadores, subalternos y picadores, cada uno en la medida de sus responsabilidades, ocupen su sitio, realicen la suerte correctamente, por derecho y sin ventajas, colocando bien al toro, midiendo el castigo y quitándolo en el momento adecuado.

5º - No premiar ninguna faena en la que el toro no haya recibido, al menos, dos puyazos en regla.

6º - No premiar a ningún toro, tanto en el ruedo como con trofeos, que en su lidia no haya recibido más de dos puyazos.

7º - No premiar ninguna corrida en conjunto donde, al menos, tres toros hayan recibido más de dos puyazos.

8º - Siendo conscientes de que para la realización de la suerte de varas correctamente se requiere, además de conocimiento y compromiso, habilidad y precisión: No premiar a ningún picador que falle en el primer encuentro con el toro; ni a los que coloquen la vara fuera del morrillo, por muy bien que haya realizado la suerte; ni a los que barrenen; ni a los que hagan la “carioca” sin necesidad.

9º - Exigir que los responsables del buen desarrollo del espectáculo taurino, como son presidentes, delegados, alguaciles y veterinarios, cumplan con sus obligaciones y no deleguen sus funciones en manos de los taurinos profesionales. Deben actuar con el rigor necesario para que se cumpla el reglamento y la lidia se desarrolle ordenadamente, de manera particular en la suerte de varas.

10º - Denunciar, a través de los medios que tengamos a nuestro alcance; a los picadores que no cumplan con las normas que rigen el primer tercio de la lidia; a los matadores bajo cuyas órdenes actúan y que son, en definitiva, los responsables últimos de su actuación; y a las autoridades que, haciendo dejación de sus funciones, no corrijan, atajen y sancionen las infracciones cometidas.