miércoles, 7 de mayo de 2008

Decálogo para regenerar la suerte de varas


- La suerte de varas es el eje de la lidia. Tiene tres cometidos:

a) Descubrir las condiciones del toro como son la bravura, codicia, poder y fuerza, de acuerdo con su comportamiento en el caballo.

b) Ahormar, corregir y restar poder a su embestida, para su posterior lidia y muerte, mediante puyazos breves, dosificados y bien colocados.

c) Cuando las condiciones sean las propicias, crear belleza y transmitir la emoción de esta incomparable suerte.

- La suerte de varas debe realizarse según mandan los cánones:

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Cuadrar al toro ante su picador, quien debe ofrecer los pechos del caballo y provocar su embestida.


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Echar el palo por delante y picar en el morrillo del toro antes de que este llegue al peto del caballo.


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Mientras el toro empuja, el varilarguero debe defenderse recargando su peso en la puya, echándose encima del palo y sacando su cuerpo de la montura sin rectificar ni barrenar y midiendo el castigo.


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En ningún caso debe tapársele la salida al toro, salvo en los casos de manifiesta mansedumbre, con el recurso de la “carioca”.


- La importancia del tercio de varas requiere, para su correcta ejecución:

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Caballos domados y con un peso proporcionado.


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Las defensas de la anatomía de los mismos deben estar elaboradas, preferiblemente, con material flexible y ligero, que no supongan acorazar al caballo y que el toro se estrelle contra un muro.


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Los caballos deben llevar un ojo destapado para poder orientarse en el ruedo.


- La importancia de este primer tercio para el desarrollo posterior de la lidia requiere que matadores, subalternos y picadores, cada uno en la medida de sus responsabilidades, ocupen su sitio, realicen la suerte correctamente, por derecho y sin ventajas, colocando bien al toro, midiendo el castigo y quitándolo en el momento adecuado.

- No se deberá premiar ninguna faena en la que el toro no haya recibido, al menos, tres puyazos.

- No se deberá premiar a ningún toro, tanto en el ruedo como con trofeos, que en su lidia no haya recibido, al menos, tres puyazos.

- No se deberá premiar ninguna corrida en conjunto donde, al menos, tres toros hayan recibido tres puyazos o más, y el resto, un mínimo de dos, ya que el primer puyazo lo toman bien todos los toros, en el segundo ya empiezan a dar síntomas de su bravura, y es en el tercero donde se define de verdad si el toro es bravo o no.

- Siendo conscientes de que para la realización de la suerte de varas correctamente se requiere, además de conocimiento y compromiso, habilidad y precisión, no se deberá premiar a ningún picador:

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Que falle en el primer encuentro con el toro.


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Que pique fuera del morrillo, por muy bien que haya realizado la suerte.


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Que barrene.


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Que haga la “carioca” sin necesidad.


- Exigir a los responsables del buen desarrollo del espectáculo taurino, como son presidentes, delegados, alguaciles y veterinarios, que cumplan con sus obligaciones y no deleguen sus funciones en manos de los taurinos profesionales. Deben actuar con el rigor necesario para que se cumpla el reglamento y la lidia se desarrolle ordenadamente, de manera particular en la suerte de varas.

10º
- Deberemos denunciar, a través de los medios que tengamos a nuestro alcance:

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A los picadores que no cumplan con las normas que rigen el primer tercio de la lidia.


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A los matadores bajo cuyas órdenes actúen y que son, en definitiva, los responsables últimos de su actuación.


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A las autoridades que, haciendo dejación de sus funciones, no corrijan, atajen y sancionen las infracciones cometidas.

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