sábado, 10 de mayo de 2008

"El Decálogo", corregido y aumentado

Como informábamos en el “Acta del II Encuentro de Aficionados”, celebrado el pasado 27 de abril, en Zaragoza, y en la que se aprobó el “Decálogo de la suerte de varas”, también se aprobó la “Ponencia” presentada por el aficionado peruano Fernando Marcet, que aportaba una novedad interesante con respecto a nuestra propuesta. Si ambos planteamientos coincidían con respecto a la obligatoriedad de los tres puyazos, la exigencia de que se pique en el morrillo o la necesidad de puyazos breves y quites rápidos, el de don Fernando aportaba una novedad importante, pues planteaba la necesidad de que se pique con la pirámide de acero, sin que el encordelado, que es tope, penetre en la anatomía del toro causando los destrozos que provoca. Su propuesta venía ricamente argumentada en un profundo estudio sobre la evolución de la suerte de varas a lo largo de la historia de la Tauromaquia y de los distintos modelos de puyas utilizados en cada época, así como en una serie de artículos sobre esta suerte, doce en total, publicados en su habitual espacio de opinión en la Web “Opinión y Toros”.

El objetivo de este “II Encuentro de Aficionados” era la publicación de “Decálogo”, breve y conciso, que recogiera una serie de propuestas para la regeneración de la suerte de varas, eje sobre el que debe bascular la lidia, y que a la vez sirviera para unificar criterios, sobre este tercio, entre los aficionados comprometidos con la integridad de la Fiesta. Puestos en contacto con el autor de la Ponencia, por mandato de la asamblea del “II Encuentro”, le plantemos la posibilidad de encajar su propuesta sobre el tamaño y la forma de la pica en el estilo del “Decálogo de la suerte de varas” que habíamos aprobado. Acepto y colaboró en la redacción de los puntos que atañen a su propuesta, e incluso en la mejora literaria de otros párrafos.

Por eso hoy presentamos esta nueva versión, corregida y aumentada, del “Decálogo de la suerte de varas”, producto del ensamblaje de las dos propuestas debatidas. De esta forma, y guiados por el ánimo de unificar criterios antes que de crear diferencias, el documento se enriquece y gana fuerza. La versión anterior, situada un par de entradas más abajo, también la dejamos publicada, para que los curiosos, o los que quieran pasar el rato, comprueben las diferencias.

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